Sinopsis

En una triste y aburrida ciudad de provincias española, un hombre débil y sin fortuna, Bonifacio Reyes, vive sometido a la voluntad de su mujer, Emma, que lo tiraniza. Su consuelo y afición es la música, de modo que cuando desembarca en la localidad una compañía de ópera, el director, la tiple y el barítono comenzarán a establecer unas relaciones que acabarán por dinamitar la monótona vida del matrimonio.

La obsesiva pasión vital de Bonifacio, llegar a ser padre de un hijo como medio de redención, sirve al autor para tejer un magistral discurso sobre la ambigüedad de las relaciones y de las apariencias sociales, proyectando sobre la vida de los personajes una particular mirada irónica y mordaz.

Siempre a la sombra de La Regenta, la segunda novela de Leopoldo Alas ha ido ganando en los últimos años un reconocimiento cada vez mayor, gracias al acierto en el uso de los recursos técnicos, asimilando situaciones al género teatral, intensificando los momentos dramáticos de los sucesos que van transcurriendo, y acercándose a la intimidad de los personajes, a los que dota de una voz propia.

 

Sobre el autor

Leopoldo Alas, conocido por el pseudónimo Clarín, (Zamora, 25 de abril de 1852 - Oviedo, 13 de junio de 1901). Escritor y jurista, vivió parte de su infancia en León y Guadalajara donde su padre fue gobernador civil; en 1865 se trasladó a Asturias, tierra con la que creó un vínculo especial, en la que vivió la mayor parte de su vida y en la que murió de tuberculosis.

Durante los años que pasó en Madrid, de 1871 a 1878, amplió sus estudios de Derecho y participó en la efervescencia cultural y política de la época, mediante colaboraciones periodísticas. Alumno de Nicolás Salmerón y Francisco Giner de los Ríos, conoció gracias a ellos el sistema filosófico del alemán Karl Krause, lo que avivó su innata inclinación idealista y le orientó hacia la búsqueda de un sentido espiritual y metafísico de la existencia.

La importancia de La Regenta parece haber eclipsado el resto de actividades que llevó a cabo, sin embargo su labor como crítico literario fue importantísima, así como sus artículos políticos y de gran sensibilidad social.

Si en La Regenta (1885) Clarín conjugó con maestría la novela psicológica con el cuadro de una sociedad, de una época, en Su único hijo (1890) dio más importancia a la intimidad de los personajes que al medio en el que estos viven.

Fue autor también de numerosos y estupendos relatos y de novelas cortas, en las que confluyen observación, poesía, descripción de ambientes, análisis psicológico de personajes, crítica social y ternura.

Reseñas


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